Con las primeras  lluvias de otoño los humildes hormigueros hacen brotar su maná. Millones de hormigas de ala, las populares "aluas" de  esta mi tierra, tras su vuelo nupcial, se dejan caer por el suelo, y sobre las aguas, un verdadero festival para aves, reptiles y , sobre todo, peces.

Las carpas barren, con su boca, cual aspiradoras vivientes la plana superficie. Los black bass crean pequeñas ondas que denotan su presencia y los barbos, reyes del embalse hacen estallar la superficie a cada ceba, con su característica violencia, que suele dejar el carrete casi vacío de linea y reserva.

Esto humildes insectos, marcan la pauta y cuando dejan de caer vuelve la mas absoluta calma.-