Parafraseando a G. G. Márquez, muchos años después, el capitán Pinuer no habría visto cumplida su misión.
Luego de sufrir distintos enfrentamientos ininterrumpidos después de los años 1560s en adelante, en Valdivia corría el rumor que los osornenses habrían soportado durante años el asedio de la guerra con los mapuches, no sin dejar de lado el temor de las constantes persecuciones y operaciones inglesas en las costas. Ello significo entre otras cosas, que un grupo de sobrevivientes se trasladara a un lugar del que nunca se tuvo noticias. Un par de siglos mas tarde, por allá por el 1778 -1779 se le encomendó al capitán Pinuer, dirigir una expedición cuyo objetivo no era otra cosa que encontrar a estos antiguos sobrevivientes que de acuerdo con los relatos de caciques y soldados, habrían desaparecido encontrando una tierra maravillosa, donde el oro fluía por doquier, la vegetación era abundante y las frutas estaban a la palma de la mano. Las montañas eran tan altas que desde su cumbre se podía dialogar con dios. Del mismo modo que sus habitantes, eran blancos y auténticos señores quienes ostentaban tal placer terrenal equiparable solo al paraíso.
Esta expedición que avanza por el vado del Anquechilla, pasando por Guinchilca, los condujo varias leguas al sur llegando a Rio Bueno. Allí se instaló la base de operaciones desde donde continuaron hacia la gran laguna Ranco. Caminos y habitantes encontraron a su paso quienes pusieron complejas claves a la búsqueda, conduciéndoles por el vado del rio Pilmaiquen, hasta llegar a la laguna llanquigue, que en realidad era Rupanco. Tal fue la grandeza del Casablanca, que creyeron que efectivamente se estaban acercando a los Cesares. No obstante, las constantes cambios climáticos y la falta de un norte claro, los obligo a replegarse nuevamente en Rio Bueno. Desde allí miraron hacia la cordillera, cuyas cumbres eran tan altas y radiantemente blancas que imaginaban la mítica ciudad en medio de dicha geografía….
Sobre la ciudad de Los Cesares nunca podremos tener certezas, sin embargo, el mito nos condujo hacia otro paraíso, el de las aguas puras y cristalinas. Aunque el capitán Pinuer no encontró su maravillosa ciudad de oro, nos dejo una de las rutas mas maravillosas que tenemos en la región de los ríos. Actualmente la cuenca del Lago Ranco, tiene acceso privilegiado a distintos cursos de agua a través de la circunvalación del lago Ranco, la cual nos permite acceder a los ríos Riñinahue, Bueno, Calcurrupe, Ignao, Caunahue y Nilahue. No obstante, cada uno de estos grandes cursos de agua, tiene otros afluentes y efluentes los que enriquecen aun mas las aguas de la cuenca.
Del mismo modo que el Lago Maihue, enclavado mas arriba en la cordillera, no solo da origen al rio Calcurrupe, sino que además es el receptáculo de ríos tan importantes como el Blanco y el Hueinahue. Así como también recibe las aguas de muchos riachuelos o esteros que cumplen su rol hermoseador y modificador de la cuenca.
Con todo, y de acuerdo con lo que nos interesa como pescadores, estas aguas de una pureza increíble, albergan poblaciones de peces nativos como las percas, pejerreyes, puyes, bagres, peladillas, entre otras. Asimismo poblaciones de peces introducidos desde mediados del siglo XX, que a esta altura se han adaptado a los ecosistemas, adquiriendo el carácter de asilvestradas, tales como las truchas arcoíris, truchas marrones o farios, salmones del atlántico o salar, salmones coho y lo reyes de la temporada, los salmones chinooks.
Los grandes ríos como el Bueno que a lo largo de sus 200 km aproximadamente de extensión, constituye la principal carretera de peces que alimenta a la cuenca. Por sus corrientes ingresan los salmones, quienes a su vez penetran en los ríos Rahue y Pilmaiquen, ambos importantes cursos de agua y desaguaderos del lago Rupanco el primero, y Puyehue el segundo. El rio Bueno o wenuleufu como enlace principal de toda la cuenca, permite desaguar la mayoría de los ríos a través de los lagos Maihue y Ranco respectivamente. Así como también, recibe la carga de lagos y lagunas de altura como el Huishue, Gris, las Gemelas, Pichi, entre otras.
Lo principal de la ruta de Pinuer es que nos lego otro mito, el del origen la pesca con mosca en Chile. Mucho se ha conversado respecto al origen, algunos dicen que todo comenzó en Pucón, otros dicen que en Panguipulli, pero hay otros que aseguran que así como la ciudad de Los Cesares se encuentra enclavada en la Cuenca del Ranco, la pesca con mosca también habría comenzado su historia a mediados del siglo XX en el Lago Ranco. Cierto o no, la historia de la pesca ha sido tan importante como en los otras regiones. Hoy por hoy, hemos avanzado organizándonos en mesas de trabajo publico privadas, junto a Sernatur y Sernapesca, con la idea de fortalecer un proceso de protección de las aguas del Ranco así como también, a los peces que allí habitan, combatiendo la pesca furtiva y la depredación. En los últimos años se ha creado conciencia acerca del recurso pesquero continental, difundiendo con ganas la pesca con devolución y generando campañas de apoyo reciproco entre empresarios de la zona, cuyo potencial es generar valor a los peces vivos, traspasando la ganancia turística entre todos los emprendedores de la zona.
Tal vez la ciudad de Los Cesares siempre estuvo aquí.......
La invitación es a conocer la Cuenca del Ranco en sus distintos aspectos turísticos, pero en especial venir a pescar con mosca a una de las Cuencas mas hermosas de la Región de los Ríos. Para ello contactar a Riñinahuel Fly Fishing Expeditions, fono +56992140186, mail: rininahuel.flyfishing@gmail.com, o visitar la web: www.rininahuel.cl