Nombre científico: Hoplias malabaricus
Otros nombres conocidos: Tarucha, Trahira, Traira, Tarango, Dentudo
Peso y medidas usuales: El tamaño promedio depende del ambiente, pudiendo ir de los 500 gramos a los 3 kilogramos de peso y 70 cm. de longitud. En ciertos ambientes pueden superar dicho tamaño.
Distribución: Es una especie nativa de Sudamérica que se encuentra en varios países.
Hábitat y ciclo de vida: Vive tanto en ríos como en ambientes lacustres. Prefiere aguas poco profundas, cálidas, cenagosas y con abundante vegetación. Durante la temporada invernal pasa por un período de aletargamiento. Esta característica hace que se presente delgada y voraz a mediados de la primavera, con mayor peso en verano para luego a principios del otoño mostrarse pesada y sumamente voraz, debido a la necesidad instintiva de acumular reservas para el próximo invierno.
Su hábitat por lo general suele poseer poca proporción de oxigeno, por lo cual está adaptada a respirar aire cuando las condiciones lo imponen. Logra esto sacando su aleta dorsal fuera del agua, la cual toma rápidamente un color rojizo, señal de que se esta produciendo un intercambio gaseoso por difusión.
Es una especie ovípara, la duración del desove puede ser bastante extensa, hasta cinco meses, comenzando en primavera. Durante el desove, los reproductores preparan nidos en aguas bajas, haciendo o limpiando depresiones en el terreno. Luego que la hembra pone las ovas, estas son cuidadas por el macho. Tanto el macho como la hembra alternan tareas de confección y oxigenación del nido y luego del nacimiento protegen celosamente a sus crías.
Dieta: La tararira es cazadora por naturaleza. En su primera etapa se alimenta de su saco vitelino, para luego comenzar a predar distintos tipos de microorganismos acuáticos. Por último, comienzan a capturar alevines y juveniles de otras especies para así dar inicio a un régimen alimentario ictívoro. En su estado adulto su dieta se basa en peces, anfibios, insectos, roedores, aves, y todo aquel animal que caído al agua o nadando produzca vibraciones suficientes para detonar su instinto predador.
Fisonomía: La tararira posee un cuerpo cilíndrico y boca grande. Como buen carnicero, tiene una poderosa dentadura y posee dientes hasta en el paladar. Su piel esta cubierta de gruesas escamas y una gran cantidad de mucus que le sirve de protección contra parásitos externos, como las sanguijuelas. La cabeza es grande, pero además osificada. Su musculatura se encuentra adaptada a la natación corta y veloz.
Su coloración va de oscura en la región dorsal, pasando por el tornasolado con manchas en ambos flancos, al blanco amarillento en la zona ventral. La coloración de la tararira puede variar por tener su piel llena de celular pigmentarias llamadas cromatóforos. Estas células son unidades que reaccionan ante pautas impuestas por el medio externo (temperatura, transparencia y grado de salinidad del agua) y del medio interno (irritabilidad, etc.).