El Río Gallegos es uno de los grandes ríos del sur patagónico y una de las principales cuencas donde habita y migra la Sea Run Brown Trout como parte de su ciclo de vida.
Razón por la cual llega, luego de vivir y alimentarse en el mar, a portes inimaginados. El río tiene una extensión aproximada de 300 km. y cruza el sur de la provincia de Santa Cruz rumbo Este para desembocar en el Atlántico.


Aún  tengo muy presente la experiencia de mi primer viaje de pesca al mítico río Gallegos, el cual, me sirvió por sobre todo para poder aclimatarme a su sistema de pesca y a comprender como se comportan estos peces anádromos. La pesca en esa primera oportunidad realmente no fue buena, puede haber sido porque no era la época adecuada, porque no había buena cantidad de truchas en el río, o simplemente porque no supimos pescarlas. Sin embargo ese primer viaje me dejo grandes enseñanzas, pude conocer prácticamente todo el río, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el mar, pude darme una idea de los ciclos de ingreso de los runs migratorios, y por sobre todo, pude contar con esos momentos en donde
luego de  castear por horas sin tener muchos piques, no quedaba otra que 
concentrarme y tratar de poner énfasis en conocer el habitad y el comportamiento de estos magníficos peces.
El Gallegos fue un río que me sedujo infinitamente. Volví atrapado por ese río, su fisonomía, su estructura, el color de sus aguas y lo compleja de su pesca.
Mi sentimiento hacia ese río comenzaba a despertar en mi esa especie de “adicción” que solo despiertan esos ámbitos en donde el desafío de interpretar sus aguas para poder cubrirlas correctamente los hacen únicos.
Algo similar a lo que me despierta la pesca de dorados en el río Juramento.

Así fue que luego de varios años, llego el momento del regreso tan esperado.
Hace un tiempo, acompañé a un grupo de clientes y amigos del exterior en su recorrido por el lago Strobel y destinamos 4 días completos para pescar las aguas del Gallegos.
Mi expectativa era muy grande, me sentía preparado de otra forma, sabia que iba a encontrarme con ese río con algunas herramientas para pescarlo que en mi primer viaje no poseía.
Llegó la primera mañana, y nos encontrábamos ingresando en las aguas del Lodge “las Buitreras”, el Lodge de pesca que posee los mejores pozos y correderas del río.
Luego de escuchar atentamente a mi amigo Claudio Martin, quien conoce como pocos esas aguas, llego el momento de comenzar la pesca, intentando adaptarme a los consejos de Claudio, pero sin poder liberarme de la mochila de pescador de “truchas” fue como pesque mi dos primeros peces, el problema fue que eran dos Marrones residentes, por lo que automáticamente me di cuenta que seguía fiel a mi estilo truchero y no estaba haciendo correctamente las cosas para pescar “Sea Trout”.
De a poco fui adaptando mi estilo, mis técnicas, observando las demostraciones de Claudio notaba que había algunas cosas que estábamos haciendo de manera diferente. Quizás yo sentía que eran insignificantes, pero esas pequeñeces hacían la diferencia entre una trucha residente y una migratoria, fue así como comencé a pescar estos peces al mejor estilo escandinavo, recordaba las veces que luego de mirar y analizar el video “Atlantic Salmon” filmado en la península de Kola, en Rusia, imaginaba como seria esa pesca, sintiendo durante la deriva la tensión de la línea firmemente, recogiendo con tirones cortos y secos y haciendo nadar de manera correcta a un streamer de alas rígidas para generar vibraciones.
Luego de que el grupo ajustara un poco la forma de pesca, comenzamos a tener las primeras capturas, que se sucedieron mientras transcurrían las horas en el agua y nos familiarizábamos con estas técnicas de pesca. De esta manera pudimos culminar jornadas de pesca con excelentes capturas.

Durante los meses de Noviembre y  Diciembre los principales runs ingresan  al 
sistema Frescos  desde  el océano para  poblar  el río.
 Por  su parte  el  fin de  temporada  (Abril) nos ofrece  no solamente  la  posibilidad 
de  pescar  un  sistema  con  alto número de  peces  sino también los últimos runs frescos antes del cierre de la temporada.
Por su parte los meses de verano, nos presenta un río con aguas bajas y claras. Por lo que la estrategia de pesca cambia radicalmente con respecto a comienzo y fin de temporada. Es el momento justo para optar por cañas mas livianas, quizás una # 7 de una mano y líneas de flote o hundimiento intermedio transparente, con leaders largos, ya que en esta época las truchas se tornan extremadamente asustadizas, por lo que necesitamos pescar de manera cuidadosa , comenzando nuestros lanzamientos antes de meter un pie en el agua. Este es “el” momento en donde podemos optar por moscas secas y ninfas salmoneras o con patas de goma.

Aún con el recuerdo fresco de este viaje y la fantástica pesca que realizamos, Anhelamos que llegue pronto la próxima temporada para enfrentarnos nuevamente con estos magníficos peces.

Martín Ruiz
www.peacockfly.com.ar